Tratamientos para evitar la alopecia y frenar la caída del cabello

Descubre las causas y distintos tipos de tratamientos de la alopecia. ¡No te dejes llevar por los mitos! Frena la caída del cabello aplicando estos sencillos consejos que atacan directamente al origen de problema, y haz que tu cabello vuelva a crecer.

La alopecia es la pérdida patológica o ausencia de cabello en distintas partes del cuerpo. Tiene múltiples causas y clasificaciones; tantos como tratamientos destinados a evitar o prevenir la caída del cabello. Si estás buscando una verdadera solución, sigue estas sencillas pautas.

El cabello es un signo de la personalidad, además de indicar el estado de salud de la persona. Se conoce que, en todas las épocas, la caída anormal del cabello y la calvicie ha preocupado a la humanidad; por lo que se conocen remedios poco comunes, raros, y hasta crueles, destinados a eliminar o frenar la caída del cabello. Conozcamos el origen, tipos de alopecia y algunos consejos sobre los tratamientos.

Causas de la alopecia

El término alopecia proviene del griego antiguo “alopex”, que significa zorro; porque, en aquel tiempo, se relacionó la calvicie con la caída del pelaje que sufren estos animales. Pero, a todas las personas se nos cae el cabello. De hecho, nuestro ciclo normal de crecimiento de pelo dura aproximadamente entre 3 y 5 años; así que no hay que encariñarse demasiado.

Aunque existen distintos tipos de caída del cabello, la más frecuente es la androgénica. Ocurre principalmente en hombres, aunque también afecta a las mujeres. La herencia influye directamente en este tipo de alopecia y aumenta con la edad.

Los remedios del antiguo Egipto: ¿qué recomendaba Cleopatra?

Los egipcios pensaban que las propiedades de los animales peludos se podían trasladar a los humanos. Por ejemplo, triunfaba el pelo de puercoespín hervido en agua y aplicado al cuero cabelludo durante cuatro días. Si el remedio del puercoespín parece poco apetecible, quizá menos aún sea otro de los remedios más utilizados de la época: la pierna de un galgo femenino salteado en aceite con la pezuña de un burro.

Otro remedio popular para la alopecia era la grasa de cocodrilo, o de hipopótamo, aplicada en forma de ungüento. Cuenta la leyenda que Cleopatra, reina de la cosmética, recomendó a Julio César un bálsamo a base de estas grasas con dientes de caballo y cenizas de ratón. Como a Julio César no le hizo efecto, este puso de moda usar las hojas de laurel como corona para disimular.

Hipócrates, el padre de la medicina, también investigó en alopecia… a su manera

Hipócrates, que también presentaba alopecia, se prescribió a sí mismo una mezcla tópica de opio, rábano picante, excrementos de paloma, remolacha y especias. Aunque al pobre no le sirvió para nada. Sin embargo, Hipócrates hizo alguna averiguación que no iba desencaminada. Después de notar que los eunucos no solían ser calvos, pensó que alguna asociación podía haber, y decidió que la castración era un buen remedio para la alopecia.

Aunque sea una auténtica barbaridad, realmente la alopecia androgénica está relacionada con la testosterona (dihidrotestosterona) y la investigación ha seguido esta línea hasta encontrar un medicamento, la finasterida, que actúa a nivel hormonal sin necesidad de castrar a nadie. Otra de las pesquisas de Hipócrates, que no iba desencaminada, fue su idea de aplicarse rábano picante; pensando quizá que la rubefacción del rábano generaría una dilatación de los vasos sanguíneos para irrigar mejor el cabello.

De un modo u otro, este es el mecanismo de acción del minoxidil, otro de los fármacos utilizados para la alopecia. El minoxidil provoca una vasodilatación de los capilares favoreciendo un incremento del flujo sanguíneo a los folículos pilosos: si la raíz del pelo está mejor alimentada, los nutrientes llegan a ella con mayor facilidad.

Siglo XXI: ¿qué herramientas usamos para frenar la alopecia hoy en día?

Si nuestra alimentación es adecuada, podemos hacer llegar las vitaminas y minerales al folículo piloso a través de la alimentación, principalmente en alimentos integrales, pescados y mariscos, aunque este último con cuidado por la relación entre marisco y colesterol.

Por otro lado, el consumo de vitaminas A, C y E (presentes principalmente en frutas y verduras) puede ser interesante debido a su capacidad de neutralizar los radicales libres. Esto resulta especialmente importante para aquellas personas que siguen hábitos nocivos como el tabaco o el alcohol.

Es fundamental recordar que los nutrientes no deben verse como entes aislados, sino como agentes capaces de interactuar y potenciar sus efectos entre ellos. Por ejemplo, el tomate posee distintos activos antioxidantes que son beneficiosos, pero cuyo efecto puede potenciarse si lo consumimos juntamente con otros vegetales como el brécol.

Además, recuerda fijarte en el color de los alimentos para saber los antioxidantes que contienen.

Atención a estos sencillos consejos para frenar la alopecia

Una vez más, seguir una dieta saludable, por ejemplo, basándonos en el modelo del “Plato Saludable de Harvard”, es la mejor manera de garantizar la presencia de macro y micronutrientes esenciales para nuestro organismo, incluido el mantenimiento del cabello. Antes de empezar a comer puedes hacerte estas preguntas ¿la mitad de mi comida son frutas y verduras? ¿la comida incluye proteínas saludables que provienen de aves, pescados, legumbres o frutos secos? ¿los cereales de mi comida son integrales? Si la respuesta es afirmativa entonces vamos por el buen camino.

Además, siempre tienes la posibilidad de potenciar los remedios para la alopecia con un seguimiento personal a la alimentación diaria hecho por un nutricionista profesional. Ánimo y buena suerte.

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