Incontinencia urinaria; causas, tipos y tratamiento

Incontinencia urinaria; causas, tipos y tratamiento

Aunque la incontinencia urinaria no es una enfermedad grave, puede repercutir en la calidad de vida de la mujer que la padece, incluso desde un punto de vista psicológico.

En este post abordaremos 5 claves de este problema que, por desgracia, sigue teniendo algunos tintes “tabú”.

La incontinencia urinaria: un problema frecuente… y muy “nuestro”

La incontinencia urinaria presenta una elevada prevalencia. Se ha calculado que la aparición de pérdidas de orina, al menos una vez en los últimos 12 meses, afecta entre el 5% y el 69% de las mujeres. Hay que reconocer que nosotras salimos perdiendo muy claramente: se estima que la prevalencia en mujeres ¡dobla! a la incontinencia urinaria en los hombres.

Causas y factores de riesgo de la incontinencia urinaria: mitos y verdades

A pesar de ser una creencia muy extendida, no parece que la menopausia sea de manera concreta un factor de riesgo para la incontinencia urinaria. En cambio, sí que son factores de riesgo importantes el embarazo y el parto vaginal. Muchos estudios indican que también podría ser un factor de riesgo la diabetes mellitus.

No son factores de riesgo, aunque en ocasiones también se les acuse de culpables, el tabaquismo, la dieta, la depresión, las infecciones de las vías urinarias o el ejercicio.

En cuanto a la “herencia genética”, hay bibliografía suficiente que apoya la transmisión familiar de la incontinencia urinaria, aunque a veces resulta difícil diferenciar entre la heredabilidad y los factores ambientales del entorno familiar. Las diferencias étnicas y raciales también pueden ser un factor de riesgo.

Tipos de incontinencia urinaria

En función de los diferentes síntomas, los tipos de incontinencia urinaria más frecuentes en la mujer son:

  • incontinencia de esfuerzo
  • incontinencia de urgencia
  • incontinencia mixta
  • incontinencia por rebosamiento

El tipo de incontinencia más frecuente en las mujeres, con un 40-50% de prevalencia, es la incontinencia de esfuerzo. Se define como la pérdida involuntaria de orina que está asociada a algún tipo de esfuerzo físico que a su vez genera un aumento de la presión intraabdominal. Algunos ejemplos serían toser, reír, correr e incluso andar. Hay dos mecanismos responsables de la incontinencia (puede deberse aisladamente a uno de los dos o a ambos en su conjunto):

  1. La debilidad de las estructuras que forman el suelo de la pelvis y que sostienen la uretra.
  2. La disfunción del esfínter, producida por la debilidad del músculo uretral.

La tos crónica, la rinitis alérgica (por los estornudos), el sobrepeso y la obesidad o el estreñimiento podrían ser algunos de los factores desencadenantes de este tipo de incontinencia urinaria.

¿Qué síntomas tiene y cómo se diagnostica la incontinencia urinaria?

A la hora de establecer el diagnóstico se valorará de manera individual el tipo de incontinencia que presente, su edad, así como también del tipo de terapia que la paciente pueda estar dispuesta a aceptar.

Para realizar el diagnóstico el especialista deberá realizar una historia clínica exhaustiva así como una exploración física. En ocasiones es necesario realizar pruebas complementarias para ayudar al diagnóstico como análisis clínicos o ecografías, entre otras pruebas.

Incontinencia urinaria; causas, tipos y tratamiento

Tratamiento de la incontinencia urinaria

En función de mejorar la calidad de vida de las pacientes el tratamiento se adecuará al tipo de vida de la paciente y sus circunstancias personales. Entre las principales opciones terapéuticas ante la incontinencia femenina se recoge la farmacoterapia, los ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico, el tratamiento paliativo (uso de absorbentes) e incluso el tratamiento quirúrgico.

Dentro de las opciones terapéuticas, el tratamiento de elección en la incontinencia de esfuerzo son los ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico. Su objetivo principal es potenciar la musculatura del suelo pélvico que está formada básicamente por el músculo elevador del ano. Se trata de un músculo que ocupa todo el suelo de la cavidad pélvica limitándola en su parte inferior.

Los ejercicios más conocidos son los de Kegel, que bien de forma independiente o bien ayudados por conos vaginales, mejoran el tono muscular lo cual contribuye a resolver de manera parcial o total la incontinencia de esfuerzo.

Ejercicios de Kegel para evitar la incontinencia urinaria

El primer paso para realizar estos ejercicios es localizar la musculatura concreta que debemos reforzar. En ocasiones puede costar y para ello podemos emplear el “truco” de la interrupción del chorro de orina.

En posición sentada, con el tronco ligeramente inclinado hacia delante y las piernas separadas, el objetivo es tratar de detener el flujo de orina cuando se está orinando.

¡Es muy importante no apretar otros músculos al mismo tiempo! Apretar los músculos equivocados puede añadir presión a los músculos que controlan la vejiga. Apriete sólo el músculo de la pelvis. No aguante la respiración.

La realización de los ejercicios incluye las siguientes fases:

  1. Comenzar vaciando la vejiga.
  2. Contraer los músculos del suelo pélvico y contar hasta 10.
  3. Relajar los músculos completamente y contar hasta 10.
  4. Ejecutar 10 ejercicios, 3 veces al día (mañana, tarde y noche), durante unos 5 minutos.

La recomendación es aplicar una pauta progresiva. Por ejemplo, los primeros días se cuenta hasta 4 y se va subiendo poco a poco hasta 10, recordando que hay que relajar siempre los músculos durante el mismo tiempo que se han tenido en contracción. También puede ser recomendable realizar los ejercicios en tres posiciones (acostada, sentada y de pie).

A la hora de practicar los ejercicios de Kegel se recomienda tener paciencia y no cesar en el intento, ya que muy probablemente la mejoría no sea inmediata sino que tarde varias semanas.

Los farmacéuticos, debido a nuestra cercanía con el paciente, podemos realizar una importante labor en el asesoramiento frente a la incontinencia urinaria. ¡Cuenta con nuestra ayuda ante cualquier duda sobre este delicado tema!

Si quieres saber más, en otro artículo te damos algunos consejos para fortalecer el suelo pélvico.

¿Y para los hombres? No nos olvidamos de ellos y, en otro artículo, explicamos cómo mejorar la salud en hombres mayores de 40 años, ¡y su energía!

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