Las 15 propiedades más sorprendentes de la equinácea

¿Para qué sirve la equinácea? Descubre las 15 propiedades sorprendentes de esta planta medicinal, frente a dolencias y afecciones, que muy pocos conocen.

La equinácea es una planta medicinal multifuncional, es decir, lo mismo sirve para combatir una gripe o un resfriado, que para calmar el acné, las calenturas o las quemaduras solares. Todavía hoy siguen descubriéndose propiedades. ¡Descubre todo el partido que puedes sacarle!

¿Qué es la equinácea?

Se trata de una planta herbácea, muy popular en Estados Unidos y Canadá. Aunque existen distintas variedades, las más conocidas son la Angustifolia y la Purpurea. La primera es más popular en América y la segunda en Europa.

“De ella se usa todo: tanto las hojas, como los tallos, las flores y las raíces”, apunta la farmacéutica Meritxell Martí (farmaciameritxell.com).

Los nativos de las tribus americanas ya la usaban machacando la planta entre piedras para tratar los resfriados, los catarros, los dolores de garganta, las infecciones, las heridas y las lesiones, tanto en los humanos como en los caballos (en este caso en forma de remedio veterinario).

“Debido a la elevada popularidad que alcanzó en el año 1887 se introdujo como producto medicinal en Estados Unidos y fue la hierba más utilizada en América hasta la aparición de la penicilina”, asegura Meritxell Martí. Actualmente se utiliza en medicina como extracto líquido, en infusiones, en jarabe o en pastillas para chupar.

¿Cuál es su composición?

Los componentes activos más importantes de la equinácea son los polifenoles: ácido caftárico, ácido clorogénico, ácido caféico, ácido equinacósido y ácido ciórico.

“Estos la dotan de propiedades inmunológicas, anti infecciosas, y la convierten en un antibiótico y un antihistamínico natural para combatir las alergias ambientales”, según esta farmacéutica.

¿Qué propiedades tiene la equinácea?

Aunque la equinácea ya es muy conocida en el mundo, hay ciertas propiedades que pocos conocen y que desde Yo Elijo Cuidarme queremos que conozcas. Estas son algunas de ellas:

Estimula el sistema inmunológico

Gracias a que contiene alquilamidas y polisacáridos aumenta las defensas del cuerpo frente a virus, bacterias y otros patógenos y ataques externos. Es más, ya hay estudios que confirman que su raíz tiene propiedades inmunomoduladoras.

Es decir, “activa diferentes células de la inmunidad”, asegura Meritxell. Esta propiedad de la equinácea la hace especialmente recomendable durante los meses de invierno, para combatir la gripe, el resfriado común, la laringitis, la faringitis o la amigdalitis y, en general, los problemas respiratorios de las vías altas.

Según Meritxell, “en estos casos actúa para prevenir y reducir la incidencia y duración.”

Contra el virus de la gripe A

Un estudio de la Universidad de Giessen, en Alemania, publicado en la revista Virology Journal demostró recientemente que la equinácea es eficaz frente al virus de la gripe A.

Siendo más precisos, inhibe en más de un 99 % la capacidad infectiva de las cepas H3N2, H5N1, H7N7 (gripe aviar) y H1N1 (gripe porcina), todas ellas con un importante potencial pandémico.

Para ello, cuanto antes se inicia el tratamiento con extracto de equinácea fresca, más potente y eficaz es el efecto.

“Se trata de un hallazgo muy importante, ya que, aunque la actividad antiviral y antibacteriana de la equinácea es muy conocida, es la primera vez que se demuestra una eficacia directa sobre el virus de la gripe A”, según Bernat Vanaclocha, médico y máster en fitoterapia.

La equinácea es antiséptica

La equinácea es una excelente solución desinfectante.

“Como antiséptico actúa tanto a nivel oral como tópico. En el primer caso es útil cuando se sufre dolor de garganta, anginas, candidiasis (infección vaginal común por hongos) o infecciones urinarias. Y a nivel tópico o epitelial actúa como cicatrizante y regenerador cutáneo cuando se ha producido una herida”, explica la farmacéutica.

La equinácea es antiinflamatoria

La equinácea es capaz de bajar y calmar la inflamación de garganta y de faringe, por ejemplo, cuando hay una infección.

De hecho, “todos los cantantes de ópera la toman porque contribuye a bajar la inflamación de las cuerdas bucales y evitar así la afonía”, revela la experta.

Antibiótico natural

Aunque no podemos decir que actúa como un antibiótico (es decir, no es comparable con una amoxicilina), es un buen remedio natural para estimular la producción de linfocitos y aumentar así la capacidad del organismo para defenderse frente a los virus y las bacterias.

“Al ser natural se puede tomar al mismo tiempo que un antibiótico o junto con otro tipo de medicación. Y es una buena solución para personas inmunodeprimidas o para evitar una polimedicación”, asegura Meritxell. Eso sí, siempre con autorización del médico.

La equinácea es antifúngica

Actúa frente a algunos hongos, como el hongo Cándida, que producen molestias e infecciones vaginales.

“Siempre que su presencia en el organismo sea moderada es un buen remedio para evitar que la infección vaya a más y también es útil junto con tratamiento farmacológico, ya que mejora la inmunidad y aumenta las defensas”, apunta la farmacéutica. Podemos decir que es una ayuda más.

Cicatrizante

Cuando se produce una herida externa o superficial, la equinácea se puede utilizar de forma tópica para cicatrizarla.

“Gracias a sus componentes fenólicos (polifenoles) y polisacáridos, ayuda a limpiar, curar y cerrar las heridas”.

Además, esta planta estimula la síntesis de fibroblastos, que son los responsables de producir colágeno y elastina y favorecer la regeneración de los tejidos.

Contra la estomatitis

Quizás te suene a chino, pero la estomatitis es cuando tenemos la mucosa bucal inflamada, dolorida y con úlceras o llagas, heridas e hinchazón. Puede producirse en el paladar, la lengua, las encías, las mejillas o los labios.

“En este caso, los enjuagues bucales con equinácea son un buen remedio natural para desinfectar la zona, calmar y bajar la inflamación”, recomienda Meritxell.

Frente a alteraciones de la piel

Cuando se trata de afecciones inflamatorias cutáneas como el acné, la dermatitis, los eczemas o la psoriasis, la equinácea actúa a distintos niveles: como antiinflamatorio, antiséptico y cicatrizante.

“En casos de acné es importante que el vehículo sea un gel (gel de equinácea) y en el caso de la dermatitis o la psoriasis es necesaria una textura más densa, como la que aportan las cremas (cremas de equinácea)”.

Previene el herpes bucal

Son las calenturas de toda la vida que suelen salirnos cuando estamos bajos de defensas, debido a una infección causada por el virus herpes simple tipo 1 (VHS-1). Este está latente en muchas personas y ‘despierta’ cuando tenemos una bajada de defensas.

Precisamente, “los sticks labiales con equinácea ayudan a cicatrizar la calentura y a evitar que aparezcan de nuevo. Y las soluciones orales son un buen remedio preventivo y antiséptico (se debe tomar durante dos o tres meses), en persona con tendencia a que les salgan”, apunta la experta.

Calma las quemaduras solares

Son propias de los meses de verano y de las exposiciones sin la adecuada protección solar (SPF50) y “las cremas densas o los aceites untuosos aftersun con equinácea son una buena solución por sus propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y calmantes”, asegura Meritxell.

Además, estos hacen un efecto oclusivo sobre la piel, lo que evita su deshidratación.

La equinácea alivia la bronquitis

La bronquitis es una inflamación de los bronquios debido a una infección. Un estudio publicado en la revista Virus Research asegura que esta planta medicinal es eficaz para prevenir complicaciones derivadas de procesos virales de las vías respiratorias, tales como otitis, sinusitis, bronquitis, neumonía y septicemia.

“En este caso, al igual que en los resfriados, la faringitis o las anginas, la equinácea se recomienda en forma de jarabe o pastillas de forma preventiva y como tratamiento de síntomas como la tos y la irritación de garganta”, según Meritxell.

Combate las infecciones urinarias

Te sonará más si hablamos de cistitis. Esta la provoca una bacteria que normalmente vive en nuestra flora intestinal, la Escherichia coli (E. coli), pero que, en ocasiones, llega hasta nuestras vías urinarias, se multiplica y termina provocando una infección urinaria.

“Si la cistitis es puntual, la equinácea, en jarabe o en cápsulas, actúa como un antibiótico, antiinflamatorio, analgésico y antiséptico natural gracias a sus componentes polifenólicos y a sus polisacáridos de alto peso molecular, que ayudan a estimular las defensas”, según la farmacéutica.

En resumen, combate y calma los síntomas de las infecciones urinarias. “Pero cuando es recurrente lo más indicado son los probióticos”, advierte la experta.

Las bacterias probióticas (particularmente los Lactobacillus Rhamnosus y los Lactobacillus Plantarum) equilibran la flora vaginal, reducen la posibilidad de que la bacteria Escherichia coli se enganche a las paredes urinarias, reducen su crecimiento y activan nuestras defensas para eliminarla rápidamente.

Picaduras de insectos

Las tribus indígenas de Estados Unidos la utilizaban hace siglos para tratar las heridas, las infecciones y las inflamaciones producidas por insectos y mordeduras de serpiente.

Hoy en día, sigue siendo útil contra los insectos: “Cuando nos pica un insecto se produce una reacción inflamatoria. Precisamente, la equinácea baja la infección y la inflamación producidas por su picadura. Eso sí, no es un repelente, es decir evitar no va a evitar que te piquen los mosquitos”, advierte Meritxell.

Contra las alergias

¿Sabías que la equinácea puede ayudarte frente a las alergias? Lo idóneo es tomarla en ayunas y a ser posible acompañada de vitamina C (zumo de naranja). De hecho, ya hay suplementos que contienen las dos sustancias.

Y generalmente la dosis recomendada es de 250 mg, aunque dependiendo de las marcas, esta cantidad puede llegar hasta los 400 mg.

¿Por qué es particularmente buena para las mujeres?

Además de polifenoles, alquilamidas y polisacáridos, la equinácea es rica en calcio, magnesio, hierro, manganeso, fósforo, potasio, selenio, zinc y vitaminas del grupo B (B1, B2 y B3) y C, así como betacarotenos.

Esto le confiere una alta capacidad antioxidante para evitar los efectos del fotoenvejecimiento prematuro (manchas, arrugas y flacidez), la degeneración macular en los ojos, la fotosensibilidad en la piel y, como ya hemos visto, algunas infecciones vaginales muy femeninas, como la candidiasis.

Digamos que la equinácea mantiene nuestro cuerpo y nuestra piel preparados para cualquier ataque externo.

Indicaciones de uso de la equinácea

¿Cuándo y cuánto hay que tomar equinácea?

A priori no hay un momento determinado, salvo cuando surge una necesidad concreta (de las que detallaremos anteriormente). Pero lo cierto es que, “al actuar eficazmente sobre resfriados y gripes, el invierno es una de las épocas en las que más se demanda. Y también es muy efectiva en primavera para calmar las alergias estacionales”, apunta la farmacéutica.

Podemos encontrarla fácilmente en farmacias y parafarmacias en cápsulas que contienen el polvo de su raíz, como tintura madre, en pastillas efervescentes, en gotas, en jarabe o en caramelos para chupar.

¿Durante cuánto tiempo hay que tomar la equinácea?

Una de sus principales ventajas es que, al tratarse de un producto natural, no hay que descansar durante el tratamiento, tal y como sucede con fármacos y complementos vitamínicos.

“Se puede tomar el tiempo que se quiera, estamos hablando de un producto natural. Ahora bien, es fundamental seguir las recomendaciones del fabricante porque natural no significa inocuo para la salud, ya que entonces no sería efectivo y no nos haría nada”, advierte Meritxell.

Esta experta recomienda tomarlo durante dos semanas antes del invierno y la primavera para prevenir los resfriados, las infecciones y las alergias.

¿Tiene alguna contraindicación o efecto secundario?

Tal y como hemos dicho, por mucha planta natural que sea, inocua no es.

“Las personas alérgicas a plantas como las margaritas, los crisantemos o las caléndulas también pueden ser alérgicas a la equinácea. Y las personas que padecen asma o eczema atópico pueden padecer igualmente alguna alergia cruzada con la equinácea”, asegura la experta.

También hay que evitar las formulaciones caseras, el ‘do it yourself’ nos puede salir caro. En algunos mercadillos o herbolarios venden tinturas madre (de dudosa procedencia y con gran desconocimiento sobre su formulación y dosis), que contienen el extracto muy concentrado y es fácil caer en una sobredosificación.

Si esto sucediera podríamos experimentar: náuseas, vómitos dolor de estómago, diarrea, fiebre, dolor de garganta, dolor muscular, dolor articular, mal sabor de boca, sequedad bucal, dolor de cabeza, confusión, mareos, insomnio y reacciones alérgicas cutáneas.

¿A que te ha encantado descubrir todas estas virtudes de la equinácea? ¡Pues no dejes de compartir este artículo en tus redes sociales!

Y si quieres saber cómo combinar la equinácea con una alimentación equilibrada para sentirte aún mejor, no dejes de consultarnos a través de nuestro Servicio de Nutrición Online gratuito, donde te atenderemos encantados. Nosotros ya hemos comenzado con ambas, porque Yo Elijo Cuidarme, ¿y tú?

Si deseas más información sobre la Nutrición Integral, te animamos a descargar el Libro ¿Por qué no Pierdo Peso? (Si hago dieta y ejercicio) de Laura Rojas, Nutricionista y Health Marketing Specialist de Forté Pharma.