¿Debo tomar probióticos si estoy sano?
La mayoría de nosotros hemos tomado probióticos en algún momento de nuestras vidas, lo más habitual es consumirlos durante una gastroenteritis (con diarreas) o después de haber tomado antibióticos, pero ¿realmente los necesitamos tomar cada día o siempre si estamos sanos?
Para responder a esta pregunta primero tenemos que empezar a definir qué son los probióticos y que funciones principales desempeñan en nuestro organismo.
Definición de probióticos
Sabías que el término probiótico viene del griego y significa “pro-vida” o “a favor de la vida”.
Los probióticos son microorganismos vivos que cuando son suministrados en cantidades adecuadas ejercen beneficios en la salud del huésped, en este caso el huésped somos nosotros.
Los microorganismos siempre han desempeñado un papel predominante en el entorno de la vida y aunque casi siempre se les haya considerado como agentes peligrosos y dañinos para la salud, realizan una gran labor en el organismo humano y existen numerosos artículos científicos que avalan la correlación existente entre la microbiota humana y el estado de salud del individuo.
Relación probióticos y microbiota intestinal
Hablar de los probióticos y sus beneficios es, sin darnos cuenta, hablar de la microbiota intestinal ya que la mayoría de los estudios científicos se han enfocado en la relación que existe entre ambos.
Los probióticos pueden ejercer efectos beneficiosos en la salud regulando la composición de la microbiota intestinal, mediante la inhibición de microorganismos patógenos o favoreciendo la presencia y diversidad de microorganismos considerados como beneficiosos dentro de la microbiota intestinal.
Pero ¿qué es la microbiota intestinal?
La microbiota del intestino humano es un ecosistema complejo en cuanto a la cantidad y variedad de microorganismos, así como en su gran capacidad para influir en el estado de salud de las personas. Entre las funciones de la microbiota intestinal cabe destacar:
- Metabolismo y nutrición: que incluyen degradación de nutrientes no digeribles de la dieta y regulación del almacenamiento de energía, síntesis de vitaminas esenciales y aumento de absorción de minerales.
- Protección: frente a agentes infecciosos y a la proliferación de microorganismos con potencial patógeno, diferenciación del barrera intestinal y regulación del sistema inmune.
Beneficios de los probióticos
Gracias a la capacidad que tienen los probióticos de equilibrar la composición de la microbiota intestinal, podemos enumerar algunas de las acciones a través de los cuales ejercen efectos beneficiosos en nuestro organismo.
- Prevenir de infecciones gastrointestinales y contribuir al bienestar digestivo: los probióticos ayudan en la diarrea, el estreñimiento, el malestar, la hinchazón abdominal, el síndrome del intestino irritable y los síntomas de la intolerancia a la lactosa.
- Apoyar al sistema inmunitario: Los probióticos fortalecen tu inmunidad frente a los virus, ayudan a un adecuado funcionamiento de las defensas durante la infancia y nos protegen de las respuestas inflamatorias crónicas en la edad adulta.
- Prevenir el sobrepeso y la obesidad: Los probióticos ayudan a adelgazar y contribuyen a un equilibrio de la microbiota intestinal. Sabemos que cuando la microbiota está en desequilibrio (disbiosis intestinal) supone un factor de riesgo para la obesidad y los trastornos metabólicos. Además, ayudan a reducir niveles altos del colesterol y triglicéridos.
- Fortalecer la barrera intestinal: mejora la digestión y la absorción de los nutrientes de los alimentos y supone una protección frente a la inflamación crónica.
¿Qué probióticos debemos tomar?
Al hablar de probióticos destacan las bacterias lácticas (Lactobacillus) y las bifidobacterias (Bifidobacterium) porque ocupan el lugar más destacado entre estos microorganismos, pero también se utilizan con este fin bacterias de otros géneros como las Enterococcus y Bacillus.
Existen probióticos que no son bacterias y tienen efectos terapéuticos demostrados como la levadura (Saccharomycesboulardii).
Os dejamos algunos de los “nombres y apellidos” (género y especie) de las bacterias lácticas y las bifidobacterias con función probiótica:
- Lactobacillus (Bacterias lácticas): Lactobacillusacidophilus , L. reuteri , L. plantarum , L. lactis, L. paracasei, L. casei , L. bulgaricus, L.johnsonii, L. rhamnosus, L. gas.
- Bifidobacterium (Bifidobacterias): Bifidobacteriumbifidum, B. breve, B. lactis, B. longum, B. infantis, B. adolescent.
Alimentos probióticos
Los probióticos son considerados como “ingredientes funcionales” que se utilizan para agregar una propiedad funcional que le otorga un valor añadido al alimento.
Los productos alimenticios que contienen probióticos entran, por lo tanto, en la categoría de “Alimentos funcionales“, ya que son beneficios para la salud del consumidor más allá de los beneficios nutricionales del alimento que los contiene.
Si pensamos en un alimento probiótico seguramente que el primero que se nos venga a la cabeza sea el yogur, pero el número de nuevos productos con probióticos aumenta cada año, y como las propiedades probióticas dependen de cada tipo de bacteria, es importante poder ver en el etiquetado de los productos el “nombre y apellido” de cada bacteria para poder diferenciar entre los distintos productos disponibles en función de la bacteria que contengan.
Pero podemos estar tranquilos porque los alimentos probióticos fermentados los podemos tener a diario en nuestra mesa, dentro de una dieta varia y equilibrada y sin complicarnos la existencia:
- Aceitunas: Lactobacillus rhmanosus, L. paracasei y L. pentosus.Bifidobacteriumbifidum y B. longum.
- Encurtidos (pepinillos, zanahorias, cebolletas, rábanos y otros vegetales conservados al menos 1 mes en salmuera): Lactobacillus brevis, L. plantarum y L. acidophilus.
- Yogur natural: Lactobacillus acidophilus, L. delbrueckiisups. bulgaricus, L. helvéticus y L. lactis. Bifidobacteriumspp, Streptococcusthermophylus.
- Queso: Lactobacillus acidophilus L. rhamnosus y L. lactissppcremoris. Enterococcusfaecalis. Bifidobacteriumsp y B. animalis.
- Pan de masa madre: Lactobacillus lactis y L. brevis, Saccharomycescerevisiae.
- Kéfir (fermentación con leche o agua): Lactobacillus sp, L. kefiri, L. kefiranofaciens, L. harbinensis, L. plantarum, L. paracasei, L. helveticus, etc. Bifidobacterium bifidum Streptococcus thermophylus.
- Kombucha (fermentación del té negro): Acetobacterxylinoides y A. ketogenum Gluconacetobacterkombuchae.
- Tempeh (bebida soja fermentada): Lactobacillus plantarum.
- Chucrut (fermentación de col blanca): Lactobacillus lactis.
- Miso (fermentación de soja y arroz integral): Lactobacillus lactis.
Requisitos que deben cumplir los probióticos
En ocasiones, puede ser conveniente reforzar nuestra alimentación con un complemento nutricional específico en probióticos porque necesitemos equilibrar la microbiota de una manera más eficiente. En estos casos tenemos que tener claro que los probióticos deben cumplir unos requisitos que son los siguientes:
- Deben sobrevivir al paso por el tracto gastrointestinal: el intestino ejerce una función protectora ante microorganismos patógenos para que no puedan ocasionarnos enfermedades reduciendo su pH, pero esta función en ocasiones mata también a los microorganismos que nos pueden resultar beneficiosos, por ello, hay que asegurar su supervivencia.
- Deben ejercer un efecto beneficioso sobre una o varias funciones del organismo: tienen que ser bacterias que nos proporcionen un mejor estado de salud y bienestar, reduciendo el riesgo a enfermar.
- Deben ser inocuos: no pueden contener microorganismos potencialmente patógenos.
- Deben ser específicos para las enfermedades a prevenir: los estudios han determinado que dependiendo de las cepas ejercer una acción u otra sobre el individuo.
Probióticos: sí, siempre
Los probióticos tienen un gran impacto en nuestra salud, equilibrando nuestra microbiota, como prevención de enfermedades gastrointestinales, el sobrepeso o la obesidad; inhibiendo el crecimiento de bacterias patógenas o apoyando al sistema inmune.
¿Cuándo tomar probióticos? Hemos comprobado que no sólo es importante su consumo como parte de un tratamiento, sino que estando sanos podemos incorporarlos de manera sencilla en una dieta equilibrada con los alimentos funcionales fermentados mejorando nuestra salud.
También sabemos que dependiendo del tipo de probiótico obtenemos unos beneficios específicos, eso nos permite la elección de un buen probiótico en diferentes alimentos o si fuera necesaria la elección de un buen complemento nutricional probiótico.
En definitiva, estando sanos, los probióticos pueden ser el “ingrediente funcional” que nos aporte calidad de vida.
Si quieres saber cómo incluir los probióticos de manera equilibrada en tu dieta, cuándo tomarlos y durante cuánto tiempo, no dudes en contactar con nosotros a través de nuestro Servicio de Nutrición Online totalmente gratuito.
¿Sabías todo esto sobre los probióticos? Es posible que no y que tus amigos y conocidos tampoco, ¿quieres compartir este artículo para dar a conocer sus beneficios?
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