Microbiota vaginal: Causas y motivos de su alteración y desequilibrio

Desequilibrio de la microbiota vaginal: 15 causas comunes

La microbiota vaginal juega un papel fundamental en nuestro organismo y, cuando sufre un desequilibrio, todo se pone patas arriba. Desde Yo Elijo Cuidarme, te damos varios consejos para evitar que esta alteración te suceda.

La microbiota vaginal es una compleja y delicada comunidad de microorganismos, en su gran mayoría beneficiosos, que actúan como una barrera natural frente a infecciones y desequilibrios.

Sus principales componentes son los lactobacilos, los cuales ayudan a mantener un pH ácido que impide el crecimiento de bacterias y hongos patógenos.

Sin embargo, este equilibrio se puede romper con facilidad y cuando se altera, pueden aparecer molestias como picor, flujo vaginal anormal o infecciones recurrentes como la cistitis y vaginitis.

Hay diversos factores que pueden provocar una alteración en la microbiota vaginal, bien sean de origen hormonal, conductual o médico. Compartir en X

Factores que alteran y desequilibran la microbiota vaginal

Hay diversos factores, hormonales o conductuales, que pueden influir en que surja una alteración y desequilibrio en la microbiota vaginal:

Ciclo menstrual

Los cambios en el pH vaginal y los niveles de estrógenos influyen en la composición bacteriana, entre los que destacamos:

  • Fase folicular (antes de ovulación), los niveles de estrógenos crecen, lo que favorece la presencia de lactobacilos, permitiendo que la microbiota sea más estable.
  • En la fase lútea y en especial la menstruación el pH vaginal aumenta por la presencia de sangre, lo que puede facilitar la proliferación de microorganismos no deseables y alterar la microbiota temporalmente.

A pesar de ello, estos cambios cíclicos no necesariamente causan problemas siempre.

Uso de tampones o copas menstruales

Aunque los tampones y copas menstruales son opciones higiénicas y ampliamente utilizadas durante la menstruación, su uso prolongado (más allá del tiempo recomendado) puede influir negativamente en el equilibrio de la microbiota vaginal. ¿Por qué?

  • Se retiene sangre menstrual, lo que eleva el pH vaginal y reduce la acidez que protege el crecimiento de bacterias patógenas.
  • Puede generar un entorno húmedo y cálido, caldo de cultivo ideal para la proliferación de microorganismos no deseados.

Es por ello que recomendamos seguir las instrucciones del fabricante respecto al tiempo de uso, lavarse bien las manos antes y después de la manipulación, y esterilizar la copa entre ciclos.

Higiene excesiva o inadecuada

Tanto el exceso como el defecto de la higiene vaginal pueden alterar la microbiota y desprotegerla ante amenazas internas o externas.

Uso de duchas vaginales o productos agresivos

Realizar duchas vaginales o utilizar productos agresivos eliminan las bacterias beneficiosas que protegen a nuestra microbiota y, por tanto, provocan una alteración en esta.

Relaciones sexuales sin protección

Mantener relaciones sexuales sin protección puede introducir microorganismos externos y alterar el pH, causando un desequilibrio en la microbiota vaginal.

Uso de anticonceptivos hormonales

Recurrir a anticonceptivos hormonales puede cambiar el entorno hormonal y causar una alteración de la microbiota vaginal.

Embarazo

Durante el embarazo se produce un aumento de los niveles de estrógenos, lo que provoca un incremento de los lactobacilos y, por tanto, se fortalece la barrera vaginal. El entorno ácido que se genera protege tanto al feto como a la madre de infecciones.

Sin embargo, si existe una disbiosis, una higiene inadecuada o una diabetes gestacional, la vulnerabilidad puede aumentar.

Muchos malestares que sentimos pueden estar provocados por un desequilibrio y alteración de la microbiota vaginal, ¡Descubre cómo evitarlo!

Menopausia

La menopausia causa una caída brusca y sostenida de los niveles de estrógenos, disminuyendo así la cantidad de glucógeno en las células vaginales (“alimento” de los lactobacilos), lo que provoca la disminución de la población de lactobacilos, sube el pH vaginal y se reduce la lubricación.

Todo esto facilita la colonización por bacterias patógenas y el desarrollo de síntomas como sequedad vaginal, ardor, irritación o infecciones frecuentes.

Inmunosupresión (estrés, enfermedades, tratamientos)

Hay una clara relación entre la salud íntima, la microbiota vaginal y el estrés pues, este último, debilita las defensas locales y favorece el sobrecrecimiento patógeno.

Ropa ajustada o sintética

Vestir ropa ajustada o sintética favorece un ambiente húmedo y cálido, ideal para microorganismos no deseados.

Uso de antibióticos

El consumo de antibióticos destruyen no solo bacterias patógenas, sino también los lactobacilos protectores, dejando a nuestra microbiota vaginal desprotegida por completo.

Dieta pobre en fibra y rica en azúcares

Una dieta rica en azúcares simples y ultraprocesados favorece el crecimiento de patógenos como Candida albicans y se crea un ambiente más ácido creado por el exceso de azúcar, todo ello promoviendo la disbiosis y generando un riesgo de infecciones vaginales como la candidiasis vaginal y vaginosis bacteriana.

También se provoca una alteración en la respuesta inmunitaria local debido al seguimiento de dietas hiperglucémicas. Motivo por el cual es recomendable reducir los azúcares refinados, la bollería, los zumos industriales, los cereales azucarados, etc.

Por otro lado, la escasa ingesta de fibra causa una alteración en la microbiota vaginal, debido a que la fibra alimenta a las bacterias beneficiosas en el intestino, lo que conlleva a una microbiota vaginal equilibrada por el eje intestino-vagina. Para ello se recomienda aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, semillas y cereales integrales

La alimentación es uno de los factores que pueden causar una alteración en la microbiota vaginal y que puede restaurar su equilibrio. Compartir en X

Déficit de probióticos y prebióticos

Los probióticos ayudan a mantener el pH vaginal bajo, no proliferando así los microorganismos patógenos. Además los prebióticos favorecen el crecimiento de probióticos.

  • Alimentos probióticos: yogur natural, kéfir, chucrut, kombucha, etc.
  • Alimentos prebióticos: plátano, espárragos, cebolla, ajo, puerro, avena, etc.

Déficit de micronutrientes clave

La falta de diversos nutrientes puede provocar un desequilibrio importante en nuestra microbiota vaginal, como son:

  • Vitamina D: modula la mucosa y puede mejorar la resistencia a infecciones vaginales.
  • Zinc y vitamina C: esenciales para una respuesta inmunológica adecuada.
  • Omega 3: contribuye a un entorno antiinflamatorio y equilibrado.

Para ello recomendamos incluir alimentos como pescados grasos, semillas de lino, frutas cítricas, verduras de hoja verde o nueces.

Como puedes ver, llevar una alimentación equilibrada es fundamental para mantener el equilibrio de la microbiota. Para ayudarte, puedes contactar con nosotros a través de nuestro Servicio de Nutrición Online completamente gratuito.

Hidratación insuficiente

Una mala hidratación puede influir en la lubricación y salud de las mucosas, incluida la vaginal. Por ello, debemos mantener una ingesta de agua adecuada, y más si hay sequedad vaginal.

La microbiota vaginal es un ecosistema dinámico y esencial para la salud íntima de la mujer, por lo que adoptar hábitos saludables, que eviten su alteración y desequilibrio, puede marcar una gran diferencia. Cuidar la dieta, mantener una higiene íntima femenina adecuada sin excesos, elegir correctamente los productos de higiene íntima y evitar prácticas de riesgo son claves para preservar la función protectora de la microbiota vaginal y evitar cualquier alteración.

¡No dejes de compartir este post con todos tus contactos y conocidos en redes sociales!

Escuchar a nuestro cuerpo y actuar de forma preventiva es la mejor estrategia para evitar infecciones y favorecer una salud vaginal óptima a lo largo de todas las etapas de la vida.

Deja tu comentario