¡Límpiate la nariz!

¡Límpiate la nariz, cepíllate los dientes, límpiate esas orejas, a la ducha…! Estas han sido frases que de una manera u otra, todos hemos escuchado cuando éramos pequeños y no tan pequeños. A pesar de que en la actualidad somos todos muy limpios, muy aseados y muy higiénicos, durante años y nuestras generaciones anteriores lo han sido un poquito menos.

En la Europa medieval la gente no solía lavarse, salvo aquellas zonas con influencias árabes. ¿Cómo se iba a escuchar “límpiate la nariz” si no se aseaban? A mediados del S.XVIII sólo un 6% de los palacios parisinos contaban con un baño entre sus habitaciones. Y la creencia de que el agua caliente dilataba los poros permitiendo que accediesen virus y otras patologías por la piel al interior de nuestro cuerpo estaba muy extendida. Fueron los médicos a finales del S.XVIII, principios del S.XIX los empezaron a recomendar a la población que se lavase la cara, el cuello y las manos ( “¿Cómo vivíamos sin…?” rev. Muy Interesante)

En nuestro país detrás de esta falta de higiene, o más de que higiene de costumbrismo en cuanto a nuestro aseo personal estaba la falta de medios. Hasta bien entrado el S.XX eran muy pocas las viviendas que contaban con un aseo y o con un baño para llevar a cabo una rutina de limpieza y ducha corporal, así que el “límpiate la nariz” era lo de menos, ¿cuántos no habéis oído a vuestros abuelos aquello de: “no laves tanto al niño que no es bueno”?

La sociedad ha evolucionado y los medios también así que ahora la higiene y el aseo personal es como “levantarse cada día”, a pesar de ello seguimos sin darle la importancia que se merece a ciertas partes de nuestro cuerpo como pueden ser la boca o la nariz. Si bien es cierto que por lo general nadie o casi nadie va con la nariz sucia por la calle, yo me pregunto ¿cuánto tiempo nos paramos a limpiar nuestras fosas nasales diariamente? ¿somos conscientes de que por esos orificios entra el aire que respiramos y con él sus partículas en suspensión? ¿Sabías que muchas de esas partículas pueden ser los gérmenes de un futuro virus?

Es importante además de limpiarse varias veces al día nuestra nariz con un pañuelo de papel, hacer al menos una limpieza más profunda humedeciendo nuestras fosas nasales. Puedes utilizar Sterimar tantas veces al día como te resulte necesario para extraer la suciedad pegada y otras partículas que hayan podido colarse. Ahora sí no será tu madre, ahora seremos nosotros los que gritemos aquello de: ¡Límpiate la nariz!

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