¿Qué es la periostitis tibial y qué puedo hacer?

Con la ayuda del Dr. Andreu Arquer del Centre d’Alt Rendiment (CAR- GIRSANE), autor de este artículo, te explicamos qué es la periostitis tibial, la inflamación de la membrana que cubre la tibia, hueso interior de la parte inferior de la pierna.

La periostitis tibial es una lesión muy frecuente en deportistas, sobre todo en corredores de fondo y en quienes practican deportes que impliquen saltos.

¿Qué es la periostitis tibial?

Como su nombre indica, la periostitis es la inflamación del periostio, que no es más que una delgada y extremadamente resistente túnica fibrosa que recubre externamente el hueso, fijada sólidamente a él, y compuesta de 2 partes: una capa interna rica en vasos sanguíneos, nervios y células reparadoras en caso de lesión del hueso, y otra externa, más fibrosa y que confiere un plus de resistencia al propio hueso.

En el caso de la periostitis tibial, sobre esta túnica se insertan los tendones de los músculos de la pierna, que son los que mueven el pie:

• Tibial posterior (hacia adentro)
• Tibial anterior (hacia arriba)
• Peroneos (hacia afuera)
• Tríceps sural (hacia abajo)
• Flexor del 1º dedo y de  los dedos (flexionan los 5 dedos)

Por tanto, estos músculos cuando se contraen, tensan los tendones de ambos lados: de un  lado tiran del periostio de la tibia, y del otro tiran del pie, acercando en distintas direcciones ambas estructuras entre sí: el pie y la tibia.

Síntomas principales de la periostitis tibial

Principalmente es en forma de dolor invalidante, más o menos intenso, que lleva incluso a la cojera por dolor, en la cara interna y anterior de la tibia, sobretodo en el tercio más bajo, aunque puede afectar a toda la longitud de la cara interna de la tibia.

Acostumbra a aparecer en frío, aunque al calentarse por efecto del entrenamiento mejora, y tras un rato de carga deportiva, vuelve a reaparecer con más intensidad, con sensación de quemazón y dolor intenso que generalmente obliga a cesar en la práctica deportiva o a limitarla. Podemos observar como la zona dolorosa a la palpación puede llegar incluso a estar algo hinchada y con tumefacción, siempre sin hematomas.

Como todas las patologías, podría confundirse con otros problemas, pero si nos ceñimos a los 2 más importantes, cabe citar al síndrome compartimental y a la fractura de estrés de la tibia, esta última posiblemente la patología cuyos síntomas se solapan frecuentemente, tanto por los síntomas que presenta en sus fases iniciales como por los mecanismos por los que se produce.

Causas de la periostitis tibial

Aunque son varios los mecanismos que los producen, algunos son constantes en todos los deportistas, y otros son específicos de cada uno de ellos.

1. El exceso de entrenamiento: es el más común. Con menor carga de entrenamiento no se produciría.
2. Cambios en el entrenamiento/técnicos:
   – Cambio de superficie de entrenamiento (más dura o más elástica),
   – Cambios de intensidad de entrenamiento,
   – Cambios de inclinación del terreno donde entrenamos (inclinación lateral o subidas  y bajadas)
   – Cambios en la técnica de carrera (al talonar menos, apoyando más el medio pie o el antepié)
   – Cambio de entrenador
   – Reincorporación al entrenamiento tras un reposo (vacaciones, gripe, etc.)
   – Cambios en el calzado de entrenamiento (menos amortiguado, menos estable, más minimalista)
   – Cambio o falta de revisión de las plantillas de entrenamiento (si las usa)
3. Problemas biomecánicos de fondo que deberían estudiarse para hallar la solución propia a cada caso:
   – Varo de rodillas,
   – Pies muy pronadores,
   – Falta general o local de flexibilidad,
   – Déficit de rotación interna de cadera, etc.
4. Problemas médicos /fisioterapia:
   – Metabólicos (deshidratación, anemia, diarrea, diuréticos, etc.)
   – Suplementación inadecuada (exceso de creatina, etc.)
   – Estiramientos ineficaces a nivel de musculatura de la pierna/ cadena muscular posterior
   – Masaje de descarga insuficiente por la carga/volumen de entrenamiento

¿Cómo tratar la periostitis tibial?

En general, tras descartar la fractura de estrés de tibia, deberíamos tratar las causas específicas para eliminar definitivamente la patología y por tanto sus consecuencias dolorosas e invalidantes a nivel deportivo. Estas causas, como acabamos de ver, pueden ser muy distintas en cada caso, y requieren un análisis en profundidad para detectarlas y erradicarlas.

Por ello es muy difícil proponer un tratamiento concreto único para la periostitis tibial, aunque algunos remedios son infalibles para mejorarla:

• Disminución del volumen de entrenamiento incorporando
• Días alternos de descanso por ej.
• Trabajo aeróbico de bajo impacto (bicicleta, spinning, elíptica, natación, aquagym)
• Aplicación local de hielo varias veces al día
• Masaje transverso profundo de Cyriax /ganchos a nivel local
• Masaje de descarga, y estiramientos de la musculatura de la pierna y cadena posterior
• Uso de plantillas correctoras si hay una pronación excesiva
• Revisión /cambio del calzado deportivo causante de la periostitis
• Mesoterapia antiinflamatoria (la más eficaz de estas terapias secundarias, si se aplica bien)
• Sobre todo: mentalización del deportista que está ante una patología que requerirá, no sólo de un buen especialista, sino principalmente de su capacidad para colaborar activamente en el tratamiento con el reposo necesario, para no transformarse en la típica patología que está eternamente en manos de un especialista u otro, con mejorías, pero sin solucionarse definitivamente.

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