Antioxidantes, ¿qué son y cómo nos benefician?

Antioxidantes orales, antioxidantes para la piel… Hay muchos tipos y cada uno indicado para un fin específico. ¿Qué son y cómo actúan? Te desvelamos todos los detalles en Yo Elijo Cuidarme.

Los antioxidantes son las armas más potentes de las que disponemos para contrarrestar la enfermedad y el envejecimiento orgánico y cutáneo. Podemos obtenerlos a través de la alimentación, la suplementación y las cremas. ¿Cuáles son los más eficaces?

¿Qué son y qué hacen los antioxidantes?

Para entender qué son los antioxidantes y por qué juegan un papel fundamental en nuestro envejecimiento orgánico y estético, antes hay que saber que a diario estamos sometidos a un estrés llamado oxidativo.

“Es un proceso que se produce en nuestro cuerpo debido a un exceso de radicales libres (moléculas inestables elaboradas por el proceso de oxidación durante el metabolismo normal) y a la falta de antioxidantes para contrarrestarlos. El aumento de estos radicales libres y de oxígeno en nuestro cuerpo da lugar a que nuestras células (ácidos nucleicos, proteínas y fosfolípidos) se oxiden, afectando a sus funciones y dañándolas”, explica Inmaculada Canterla, farmacéutica, experta en nutrición y medicina antiaging y directora de Cosmeceutical Center (Sevilla, tel. 673 37 53 57, cosmeceuticalcenter.com).

Este estrés oxidativo es el causante también de la hiperpigmetación o pigmentación desigual y el fotoenvejecimiento en general (manchas, arrugas y flacidez). También produce una “disminución del brillo y la luminosidad, debido a que la renovación celular se vuelve más lenta, se reduce la elasticidad, se rompen vasos capilares, hay un suministro menos eficiente de nutrientes y oxígeno a la piel, y la piel se hace más sensible a la luz UV”, añade Inmaculada Canterla. Aquí es donde juegan un papel importante los antioxidantes para la piel.

Reservas de antioxidantes en el organismo

La buena noticia es que “naturalmente disponemos de mecanismos genéticos para defendernos e inactivar las agresiones de los radicales libres”, asegura la farmacéutica. Se refiere a nuestro propio sistema antioxidante.

“Hablamos de enzimas como la superóxidodismutasa (SOD), la catalasa y la glutatión peroxidasa”, apunta Canterla.

También tenemos reservas de ubiquinona, ácido ascórbico, alfa-tocoferol, coenzima Q10, ácido-alfalipoico y melatonina, entre otros antioxidantes. Todos ellos son parte esencial del sistema de defensa celular frente a los radicales libres.

La mala noticia es que, con el paso del tiempo, el estrés, la exposición a sustancias químicas, a la radicación solar, a alérgenos, a la contaminación, a los cambios de temperatura, a la mala alimentación o la falta de sueño “estos antioxidantes celulares acaban perdiendo peso ante los radicales libres y no son capaces de detoxificar”, advierte Inmaculada Canterla. Por ello es necesario ayudar a nuestros mecanismos de defensa endógenos aportando suplementación con antioxidantes exógenos, como las vitaminas A, C y E, el zinc, los betacarotenos, los polifenoles o el ácido alfa-lipoico. “Esto ayudará a mejorar la salud de nuestras células y ralentizará su envejecimiento”, asegura la farmacéutica.

Los requisitos de los buenos antioxidantes

Un buen antioxidante tiene que cumplir los siguientes criterios, según Inmaculada Canterla:

1. Tener una mayor afinidad por los radicales libres que por el tejido. “Es decir, debe ser capaz de neutralizar el radical libre antes de que este perjudique a la célula”.
2. No tiene que ser tóxico. Algunos antioxidantes a altas dosis pueden convertirse en pro-oxidantes.
3. Tiene que ser capaz de llegar al punto de acción donde se necesita la protección.

Peligros y contraindicaciones de los antioxidantes

No es oro todo lo que reluce. Tal y como hemos mencionado anteriormente, algunos antioxidantes a altas dosis, como las vitaminas A, C, E y los betacarotenos, pueden convertirse en pro-oxidantes y tener más perjuicios que beneficios para la salud. Por ejemplo:

• Dosis altas de betacarotenos: podrían aumentar el riesgo de cáncer de pulmón en fumadores.
• Dosis elevadas de vitamina E: podrían aumentar el riesgo de cáncer de próstata y ataque cerebral.
• Junto con otros medicamentos: los suplementos antioxidantes podrían interactuar de forma negativa con algunas medicinas.

De ahí que sea fundamental consultar siempre con un profesional sanitario la necesidad o no de tomar suplementos antioxidantes.

Los mejores antioxidantes a través de la alimentación

Vaya por delante que lo idóneo es mantener una dieta equilibrada y variada, y también “rica en alimentos que combatan la oxidación, y que tengan buenas dosis de vitaminas A, C y E, zinc, polifenoles y ácido alfa-lipoico”, aconseja Canterla. Esto mejorará la salud de nuestras células y ralentizará su envejecimiento.

Polifenoles

Numerosos estudios avalan los efectos beneficios de su ingesta sobre el sistema cardiovascular. ¿Por qué? “Tienen efectos vasodilatadores, mejoran el perfil lipídico (la cantidad de grasa que acumula nuestro organismo) y los niveles de colesterol, y tienen efectos antiinflamatorios”, cuenta la farmacéutica.

Encuentras polifenoles (flavonoides, ligninas, lignanos, taninos, catequinas) en frutas (kiwis, manzanas, pomelo naranja, uvas, fresas, frambuesas, granada y arándanos), verduras (coles y cebolla), frutos secos, granos enteros, semillas, legumbres, cacao, aceite de oliva virgen extra, té verde o vino tinto, entre otros.

Carotenoides

Son los pigmentos responsables del color de muchos vegetales, frutas y animales. Recientes estudios avalan sus propiedades antioxidantes y su capacidad para prevenir enfermedades como la arterosclerosis e incluso el cáncer.

Los encuentras en zanahorias, naranjas, albaricoque, níspero, caquis, pimientos rojos, tomates, salmón, yema de huevo y maíz.

Vitamina C

También se conoce como ácido ascórbico y es esencial para el sistema inmunitario, protege al organismo del estrés oxidativo y el fotoenvejecimiento, previene resfriados y potencia la formación de nuevo colágeno (sustancia estructural del tejido), entre otras cosas.

La encuentras en los cítricos (kiwi, naranjas, limón, pomelo, mandarina), guayaba, caqui, fresas, frutos rojos, pimiento rojo, brócoli, coliflor, coles, repollo, espinacas y tomate, entre otros.

Vitamina E

Es una vitamina esencial para combatir el estrés oxidativo, fortalecer el sistema inmunitario, el neurológico y el muscular, así como dilatar los vasos sanguíneos y evitar la formación de coágulos.

La encuentras en los aceites vegetales (de germen de trigo, girasol, maíz, soja y cártamo), el aguacate, los frutos secos (avellanas, almendras, cacahuetes y pistachos), las semillas (como semillas de girasol), las hortalizas de hojas verdes (como espinaca y brócoli), el atún, el bonito, la caballa y las conservas en aceite.

Los mejores antioxidantes para la piel

No solo a nivel oral, también deberíamos usarlos a nivel tópico. ¿Por qué?

“Los antioxidantes han sido reconocidos como un componente fundamental y han cambiado nuestra manera de percibir la protección y el rejuvenecimiento cutáneo”, asegura Inmaculada Canterla.

Y es que, hoy en día, una buena estrategia antiedad pasa por el uso cosmético de antioxidantes de probada eficacia científica, como el ácido ferúlico, las vitaminas C y E, la astaxantina o la Coenzima Q10.

 “Estos antioxidantes son esenciales para luchar contra el fotoenvejecimiento y evitar el daño en el ADN celular. En su forma tópica, se suman a nuestros antioxidantes engógenos y evitan y corrigen los signos visibles del envejecimiento: manchas, arrugas, líneas de expresión y flacidez”, asegura la experta.

Ácido ferúlico

Este potente antioxidante, presente de forma natural en algunos cereales (trigo, arroz), semillas, frutos secos (cacahuetes), legumbres y hortalizas, y en algunas frutas (naranjas, manzanas) está indicado para pieles estresadas, evitar el daño producido por los rayos UV, el tabaco, la polución y el estilo de vida estresante.

Crea una especie de ‘barrera’ que ‘neutraliza’ los radicales libres y evita la degradación del colágeno y la elastina. “Funciona mejor en piel gruesa”, según Canterla.

Astaxantina

Entre las sustancias antimanchas y fotoenvejecimiento más novedosas está la astaxantina, que es 10 veces más potente como antioxidante que la vitamina C, 14 veces más que la vitamina E y 54 veces más que cualquier otro betacaroteno. Y no tiene efectos secundarios por ser de origen natural (proviene de un alga marina roja).

La doctora Virtudes Ruíz ha demostrado, a través de estudios clínicos y científicos, realizados en su Tesis Doctoral, que esta sustancia natural tiene beneficios importantes demostrados sobre el fotoenvejecimiento. “He verificado su eficacia para ralentizar y mejorar las lesiones sobre la piel del fotoenvejecimiento cuando se utiliza diariamente de forma prolongada”, asegura.

Vitamina E

Este antioxidante neutraliza los radicales libres, evitando que estos dañen a las células y su ADN, lo que se traduce en evitar la aparición de líneas de expresión, arrugas, manchas e incluso cáncer de piel.

La forma más efectiva de vitamina E para la piel es el tocoferol.

Hidroxitirosol

“Se trata de un polifenol presente en las hojas de olivo, con gran potencial antioxidante (su índice ORAC5 supera los antioxidantes clásicos), siendo, actualmente, uno de los más eficaces que se conocen. Ayuda a la protección y mantenimiento de la dermis”, asegura la directora de Cosmeceutical Center.

Coenzima Q10

También se conoce como ubiquinona y se encuentra de forma natural en muchos tejidos del organismo (corazón, hígado, riñones, páncreas o pulmones).

Su aplicación de manera tópica contribuye a suavizar las arrugas, tener una piel más sana, elástica, luminosa y firme.

Vitamina C

“Es antioxidante, inhibidora de la melanina e inactivadora de la tirosinasa (por lo que evita la formación de manchas), antiinflamatoria, estimula la producción de colágeno (sustancia estructural del tejido) e inhibe las MMP’s (metaloproteinasas de matriz, que degradan el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico)”, describe Inmaculada Canterla.

Básicamente lucha contra los radicales libres para evitar el envejecimiento cutáneo y revela la luminosidad de la piel.

Superoxide Dismutasa (SOD)

Este antioxidante enzimático disminuye el daño de los radicales libres. “La SOD ha demostrado que se absorbe en la piel, reduce el daño de los radicales libres y el estrés oxidativo, protege contra la peroxidación lipídica en las membranas celulares delicadas de la piel, así como contra las condiciones ambientales perjudiciales y la contaminación, combate el fotoenvejecimiento y reduce el eritema inducido por la radiación UV, mientras aumenta los efectos protectores de los productos para el cuidado del sol”.

Melatonina

“Es mucho más que una hormona que regula el sueño” –recuerda Canterla-. “Es un antioxidante muy eficaz a bajas dosis. Su aplicación en la piel (está presente en la fórmula de cremas, sérums y otros tratamientos antiedad) frena el deterioro que se produce con el envejecimiento y la contaminación ambiental, ya que contrarresta muchas de las manifestaciones que aparecen durante el envejecimiento, como el aumento de la producción de radicales libres, de óxido nítrico y de moléculas inflamatorias”.

¿Verdad que ha sido interesante conocer qué son los antioxidantes, cómo funcionan y cómo debemos usarlos para disfrutar de sus beneficios? No olvides compartir esta valiosa información con tus contactos en las redes sociales para que ellos también cuiden de su organismo y su piel.

¿Recuerdas los alimentos más ricos en antioxidantes? ¡Nosotros sí! Contáctanos a través de nuestro Servicio de Nutrición Online gratuito para que te pasemos la lista. Nosotros ya nos vamos a hacer la compra, porque Yo Elijo Cuidarme, ¿y tú?

Si deseas más información sobre la Nutrición Integral, te animamos a descargar el Libro ¿Por qué no Pierdo Peso? (Si hago dieta y ejercicio) de Laura Rojas, Nutricionista y Health Marketing Specialist de Forté Pharma.