
El secreto de las plantas adaptógenas: Rhodiola, Ashwagandha y Schisandra
¿Aún no conoces las plantas medicinales como la Rhodiola, la Ashwagandha o la Schisandra? Ayudan a enfrentarnos a distintas situaciones de la vida. Desde Yo Elijo Cuidarme te lo contamos todo.
El estrés, ese compañero molesto que nadie invitó, pero que se cuela igualmente en mayor o menor medida en nuestras vidas, puede perjudicar la salud en general y abrirle la puerta a más de una enfermedad.
Por suerte, las plantas medicinales llevan siglos haciendo el papel de heroínas adaptógenas, ayudándonos a lidiar mejor con los altibajos del estrés. Y no solo es sabiduría popular: la ciencia les da el visto bueno.
En esta ocasión, vamos a explorar tres poderosas plantas adaptógenas que han ganado popularidad por su capacidad para combatir el estrés y mejorar el bienestar general: “la raíz de oro” (Rhodiola), “el ginseng indio” (Ashwagandha) y “la fruta de los cinco sabores” (Schisandra).
Las plantas adaptógenas como la Rhodiola, la Ashwagandha y la Schisandra, nos ayudan a hacer frente al estrés. Compartir en X¿Qué es una planta adaptógena?
El concepto de la palabra “adaptógeno” surge en la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, con estudios sobre plantas como la Schisandra Chinesis para mejorar el rendimiento humano. Entre los años 50 y 60, este término se define como sustancias que aumentan la resistencia al estrés y mejoran la adaptación.
Desde entonces, se han investigado en miles de estudios plantas como las tres que tratamos en este artículo. En la medicina tradicional china, este concepto se conocía como “tónicos superiores”, empleados para mejorar la salud en general, y fortalecer el bienestar.
Plantas como la Rhodiola, la Ashwagandha y la Schisandra se usan desde hace cientos de años como remedio medicinal. Compartir en X¿Cómo funcionan la Rhodiola, la Ashwagandha y la Schisandra?
Las plantas adaptógenas pueden controlar el estrés al restaurar el equilibrio en las áreas del cuerpo que se encuentran desajustadas. Por ejemplo, si los niveles de cortisol (la hormona del estrés) son demasiado altos o bajos, es probable que experimentes fatiga y sensación de estrés.
Algunos adaptógenos actúan regulando la comunicación entre el cerebro y las glándulas suprarrenales, conocida como eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, que controla la producción de cortisol y contribuye a estabilizar el organismo.
Rhodiola
También conocida como “raíz del oro”, es una planta adaptógena con origen en regiones frías y montañosas. Sus principales beneficios se deben a ciertos compuestos bioactivos que esta posee, como son las rosavinas o los salidrósidos.
Los beneficios principales de la Rhodiola son:
- Ayuda al cuerpo a adaptarse al estrés físico, mental y emocional.
- Reduce la fatiga crónica y mejora la resistencia en situaciones de estrés prolongado.
- Ayuda a reducir la inflamación sistémica relacionada con el estrés y enfermedades crónicas.
- Mejora el rendimiento físico.
- Contribuye a reducir la presión arterial.
- Útil para reducir los síntomas de ansiedad y depresión leve.
- Promueve la salud celular y combate el envejecimiento prematuro.
Formas de consumo:
- En cápsulas o comprimidos (200 o 600 mg diarios, dependiendo la concentración de rosavinas y salidrósidos).
- En forma de té o infusión (1 o 2 gramos de raíz seca por taza).
- Tinturas o gotas.
- En polvo (en batidos o yogures, por ejemplo: ¼ a ½ cucharadita diaria).
Ashwagandha
También conocida como “ginseng indio”, la Ashwagandha es una planta adaptógena originaria principalmente de Asia y de algunas regiones de África. Se emplean principalmente sus raíces, aunque las hojas también poseen propiedades medicinales.
Sus principales compuestos activos, responsables de sus efectos terapéuticos, son los withanólidos, alcaloides, saponinas y flavonoides.
Los beneficios principales de la Ashwagandha:
- Ayuda al cuerpo a adaptarse al estrés físico, mental y emocional.
- Mejora la memoria, concentración y protege las células cerebrales.
- Reduce la ansiedad y estrés (disminuye niveles de cortisol).
- Mejora el sueño, ya que trata el insomnio y aumenta la calidad del descanso.
- Acrecienta la resistencia física y mental.
- Refuerza el sistema inmune gracias a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
- Ayuda a las hormonas tiroideas y mejora la fertilidad.
Formas de consumo (entre 300 y 600 mg de extracto al día):
- En polvo.
- Extractos líquidos.
- En cápsulas o comprimidos.
- En forma de té o infusión.
Schisandra
Aunque es, probablemente, la menos conocida de las tres plantas adaptógenas que exploramos en este artículo, la Schisandra esconde un potencial medicinal impresionante. Originaria de una remota provincia de China, esta planta ha sido utilizada durante siglos por sus poderosas propiedades.
De ella se aprovechan principalmente sus frutos, aunque las raíces también tienen un valor significativo. Los lignanos, polifenoles y triterpenoides que contiene son los responsables de sus beneficios para la salud.
Los beneficios principales de la Schisandra:
- Protege y regenera el hígado.
- Reduce la inflamación en el cuerpo.
- Protege las células nerviosas y apoya la salud cerebral.
- Inhibe el crecimiento de células cancerosas.
- Combate infecciones virales.
- Neutraliza los radicales libres, protegiendo las células del daño oxidativo.
- Protege y fortalece el corazón.
- Previene la pérdida ósea porque la salud ósea mejora.
- Ayuda a la salud digestiva y el funcionamiento intestinal.
Formas de consumo:
- En polvo (1 a 3 gramos al día).
- Extractos líquidos.
- En cápsulas o comprimidos (300 a 500 mg al día).
- Té o infusión (hervir una cucharadita).
- Extracto líquido (entre 30 y 60 gotas al día divididas en 2 o 3 tomas).
- Tintura (entre 30 y 60 gotas al día divididas en 2 o 3 tomas).
Aunque el estrés se ha convertido en un compañero inevitable en la vida moderna, las plantas adaptógenas como la Rhodiola, la Ashwagandha y la Schisandra nos ofrecen una forma natural y efectiva de mitigar sus efectos.
Estas plantas no solo nos ayudan a adaptarnos mejor a las demandas diarias, sino que también protegen nuestra salud a largo plazo al equilibrar procesos hormonales, reducir la inflamación y fortalecer el sistema inmune.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que las cantidades de estas plantas deben ser supervisadas por un profesional de la salud, ya que un exceso puede tener efectos secundarios dependiendo de la planta.
Incorporarlas en nuestra rutina diaria, bajo la orientación adecuada, puede ser una valiosa herramienta para mejorar la resiliencia frente al estrés y alcanzar un bienestar más completo. Al final, la naturaleza nos brinda aliados poderosos para enfrentar los desafíos del día a día y recuperar el control sobre nuestra salud.
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Nosotros ya hemos empezado a tomarlas, porque Yo Elijo Cuidarme, ¿y tú?
Excelente articulo cada dia el ser humano se debe cuidar para tener una vida saludable,me encantatodo que apoye el cuerpo humano naturalmente,.
Hola Martha. Gracias por tu mensaje, esperamos que te vayan bien estos consejos. ¡Un abrazo!