Las 3 fases del estrés: Aprende a detectarlas y controlarlas

Reconoce las 3 fases del estrés para evitar sus síntomas

El estrés se divide en 3 fases o tipos y afectan de forma diferente a nuestro cuerpo y mente por lo que, aprender a identificarlas y a controlarlas, será clave para nuestro bienestar emocional.

¿Son muchas las ocasiones en las que crees que vas a explotar? Cuando sufrimos estrés, nuestro organismo genera una respuesta fisiológica natural ante aquellas situaciones percibidas como amenazantes o estresantes, generando una respuesta para enfrentarnos a dicha situación.

Nuestro cuerpo se encarga de liberar determinadas hormonas que van a preparar nuestro organismo tanto, para combatirlo, como si tenemos que huir de la situación que nos genera ese estrés. Dependerá de la fase en la que estemos y de cómo la podamos resolver.

Aquí veremos las diferentes fases de estrés, cómo nuestro cuerpo responde hormonalmente ante ellas y qué ocurre en el caso de que un estado de estrés prolongado llegue a hacerse crónico.

¿Qué es el estrés?

Se trata de una respuesta natural de nuestro organismo considerada como un mecanismo de supervivencia, que aparece cuando se dan determinadas situaciones, como un desafío, una amenaza, o incluso una demanda para nosotros.

Esta respuesta va a activar nuestro sistema nervioso, estableciendo si nuestro organismo debe responder mediante la lucha o la huida frente a estas determinadas situaciones.

El estrés es un mecanismo de protección ante situaciones amenazantes, pero si no sabemos controlar y reconocer los tipos de estrés y sus fases, podríamos poner a nuestro cuerpo y nuestra mente en peligro de que este se haga crónico.

¿Cuáles son las fases del estrés?

Las fases del estrés pueden aparecer juntas o por separado, ser puntuales o convertirse en crónicas. Todo esto dependerá de cómo afrontemos cada una de ellas. Es por ello, que reconocerlas y saber cómo hacerles frente, nos permitirá mantenernos saludables.

Estas son las tres fases del estrés que debes conocer:

Fase 1: Alarma o puntual

También conocida como reacción de alarma o estrés puntual, ya que se da en momentos específicos.

Se trata de una activación puntual del sistema nervioso simpático, generando una cadena de síntomas asociados, como pueden ser un aumento de la sudoración y de la temperatura, junto con un aumento de la frecuencia cardíaca.

Conjuntamente, sufriremos un aumento de la tensión arterial y cierta dificultad para respirar. Se trata de una respuesta hormonal por parte de nuestro organismo en la que hay una liberación de cortisol y de adrenalina generando estos síntomas.

La fase de alarma del estrés es la más común y la que hemos sufrido todos en algún momento de nuestra vida. Podría ser lo que llamamos estar nervioso o tener un ataque de ansiedad, dependiendo de la intensidad.

Fase 2: Resistencia o adaptación

También conocida como fase de resistencia o adaptación, en la que nos encontramos con una resistencia por parte de nuestro organismo para adaptarse al estrés mantenido en el tiempo.

Es una situación que mantiene el nivel de alerta, pero con bastante menor intensidad, en la que, debido a esta prolongación estresante en el tiempo, vamos a encontrar síntomas, como fatiga y cansancio, contracturas musculares, una menor capacidad en nuestra memoria y concentración, y no menos importante, una situación de irritabilidad constante.

Toda esta sintomatología se debe a una respuesta hormonal por parte de nuestro organismo en la que hay un aumento de cortisol frente a una disminución de la serotonina y el GABA.

La fase de resistencia del estrés puede interceder de forma negativa en nuestra calidad de vida, afectando tanto a nuestro cuerpo como a nuestras capacidades.

Fase 3: Agotamiento

Denominada fase de agotamiento, en la que nuestro organismo no es capaz de mantener durante más tiempo la respuesta que está generando ante la situación de estrés.

Van a aparecer síntomas muy acusados de agotamiento físico y mental, depresión, e incluso problemas inmunológicos.

Existe una relación entre las enfermedades crónicas y esta tercera etapa del estrés. En esta etapa hay una respuesta hormonal por parte de nuestro organismo en la que hay una subida del cortisol y un descenso de la dopamina, de la serotonina y el GABA.

Reconoce las 3 fases del estrés para evitar sus síntomas

¿Qué estrategias son útiles para manejar las tres fases del estrés?

Aprender a manejar unas técnicas sencillas para controlar el estrés es especialmente importante para poder convivir con él. Estas son algunas que funcionan:

Ejercicio

Al practicar ejercicio, liberamos hormonas encargadas de mejorar nuestro estado de ánimo y lo que nos ayudará a mantener una buena estrategia en la gestión del estrés.

Relajación

Son especialmente útiles aquellas técnicas de relajación en las que incluiremos la meditación, la respiración profunda para ayudarnos relajar y calmar la mente, a gestionar la ansiedad y a observar nuestros procesos mentales desde la calma.

Planificación

Debemos establecer día a día con claridad cuáles son nuestras prioridades y mantenerlas mediante una organización y planificación claves para no sentirnos abrumados.

Aficiones

Una de las mayores técnicas para la gestión del estrés son hacer aquellas actividades que nos satisfagan a nosotros mismos, ya sea leer un libro, pasear a la luz del sol o escuchar música acompañados de nuestros seres queridos.

Alimentación

Una alimentación equilibrada y saludable siempre va a ser un punto clave para sentirnos activos y enérgicos, así que el uso de frutas, verduras y cereales integrales son efectivísimos para la gestión del día a día de nuestro estrés.

Descanso

Las horas de sueño son una prioridad indiscutible e innegociable. Tenemos que dormir 8 horas al día, ya que la falta de sueño afecta directamente a nuestra persona, posicionándonos en una situación de alta irritabilidad por la falta de descanso.

Expresar emociones

Compartir nuestras sensaciones, nuestras emociones, e incluso nuestros miedos con nuestra gente más cercana de confianza, aparte de ser un acto de amor, nos ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva y quizás, conseguir un mejor enfoque para nosotros.

Decir no a los excitantes

Obviamente, debemos controlar en nuestra alimentación diaria todas aquellas sustancias que actúen excitando nuestro sistema nervioso, como puede ser la cafeína o el alcohol, ya que su uso excesivo nos mantendrá alejados de mantener la calma.

Actualmente, nuestros ritmos de vida son frenéticos, y vivimos rodeados de situaciones estresantes en cadena, que debemos aprender a manejar con habilidad.

Desde Yo Elijo Cuidarme, os ofrecemos una amplia variedad de opciones que nos ayuden con activos específicos para cada una de las fases del estrés, cuando la puesta en práctica de las pequeñas estrategias diarias no llegue para combatir esta epidemia que vivimos.

Recuerda que tenemos un equipo específico de profesionales preparados para evitar sentir que todo está a punto de explotar alrededor nuestra y que buscamos las mejores opciones para que logres tu objetivo al gestionar el estrés al que estamos sometidos.

Y, además, desde nuestro Servicio de Nutrición Online completamente gratuito, te ayudamos a tener una dieta equilibrada que te ayude a superar cualquiera de las fases del estrés.

¡No dejes que tus amigos sufran el bajón después del estrés y comparte este post en tus redes sociales con ellos!

Nosotros ya hemos comenzado a poner en práctica estas pequeñas rutinas que pueden marcar la diferencia, porque Yo Elijo Cuidarme, ¿y tú?

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