Nutrición integral, ¡la solución a tus problemas de peso!

Desde Yo Elijo Cuidarme queremos hablarte sobre esta técnica innovadora que va a más allá de ser una simple dieta. Tus problemas con el exceso de peso están a punto de terminar. ¡Descubre cómo!

Si eres de las que te preguntas por qué no pierdes peso, estás de suerte. Vamos a contarte por qué. Si no haces las cosas bien, es comprensible. Pero si sigues una dieta saludable y te mantienes activa, lo más probable es que tu peso disminuya.

Sin embargo, en algunas ocasiones, esto no sucede. Entonces, ¿qué es lo que pasa? Pues que no se aborda el control de peso de forma integral y que quizás hay algunos factores que no se están teniendo en cuenta a la hora de perder peso. Para ello, existe lo que conocemos como nutrición integral. ¿Quieres saber de qué va? ¡Sigue leyendo!

¿Qué es la nutrición integral?

La nutrición integral aborda desde el conjunto de la persona todos los aspectos (tanto físicos como emocionales) que afectan al organismo e influyen negativamente en los hábitos alimentarios y el estilo de vida. Ofrece una alternativa saludable que asegura una mejora en la calidad de vida y una mayor sensación de bienestar.

Aspectos como la microbiota intestinal, el sueño, el estrés o los niveles de vitaminas y minerales, destacan como algunos de los principales factores que impiden alcanzar los objetivos en la pérdida de peso.

La disbiosis se relaciona con una mayor predisposición a la obesidad y trastornos metabólicos. La menor diversidad bacteriana y el desequilibrio de la relación entre Firmicutes y Bacteroidetes puede hacer que obtengamos más energía de los alimentos y, por tanto, se aporte más cantidad de calorías a nuestro organismo. Así que, ayudar a reequilibrar nuestra microbiota intestinal y apostar por cepas probióticas con evidencia científica en la pérdida de peso, puede ser una de las estrategias que podemos seguir para lograr nuestros objetivos relacionados con la pérdida de peso y el bienestar.

El sueño es otro de los factores importantes. Cuando el ciclo de vigilia y sueño se altera o se duerme menos las 7 horas diarias recomendadas, las hormonas que regulan el hambre y la saciedad se ven afectadas. Se reducen los niveles de leptina y aumentan los de grelina, por lo que hay una menor saciedad y mayor apetito.

Además, se genera un círculo vicioso, ya que la obesidad predispone a una peor calidad del sueño. Conlleva problemas respiratorios, como la apnea del sueño, estrés y ansiedad que dificultan el descanso, por lo que preguntar por este tema será fundamental para realizar un correcto abordaje nutricional.

También debemos tratar el problema del estrés, tan perjudicial para nuestra salud, como ya sabemos. El estrés genera un aumento de cortisol que provoca un aumento de insulina que, a su vez, genera un incremento de apetito y mayor deseo por alimentos altamente calóricos y poco saludables. Todo esto se traduce en un aumento de peso: se almacena mayor cantidad de grasa y aumenta el número de sustancias inflamatorias en el hígado. Gestionar el estrés y apostar por la recomendación farmacéutica de plantas adaptógenas será de gran interés para vuestros pacientes.

Finalmente, las vitaminas y minerales también juegan un papel clave. Y es que la mayoría de las dietas de adelgazamiento no cubren las necesidades diarias de vitaminas y minerales. Esto no solo acaba generando falta de energía, sino que la carencia de vitaminas y minerales se asocia con un mayor índice de obesidad.

Pero, no nos engañemos, la dieta y el ejercicio siguen siendo uno de los grandes pilares en el control de peso. Entre las recomendaciones dietéticas que se pueden realizar desde la farmacia comunitaria se encuentran: la dieta mediterránea y el método del plato que nos ayudará a explicar fácilmente a nuestros pacientes como comer de forma equilibrada. Y siempre acompañado de ejercicio físico diario para mejorar su salud.

¿En qué se basa la dieta mediterránea?

La dieta mediterránea se basa en la alimentación tradicional de los países mediterráneos, como España, Italia, Grecia y otros países de la región. Esta dieta se caracteriza por el consumo de alimentos frescos, de origen vegetal y animal, y por el uso de grasas saludables, como el aceite de oliva.

Los alimentos básicos de la dieta mediterránea incluyen:

• Frutas y verduras frescas, como tomates, pepinos, berenjenas, pimientos, cebollas, espinacas, acelgas, zanahorias, lechugas, naranjas, limones, fresas, uvas y melones.
• Cereales, tales como arroz, pasta, pan integral, trigo, avena, cebada, centeno y quinoa.
• Legumbres: garbanzos, lentejas, alubias y guisantes.
• Frutos secos: nueces, almendras, pistachos y avellanas.
• Pescado y mariscos: sardinas, atún, salmón, mejillones, almejas y gambas.
• Aceite de oliva como fuente principal de grasa para cocinar y aliñar.
• Productos lácteos: queso, yogur y leche.
• Carne blanca: pollo y pavo.

La dieta mediterránea se considera saludable porque es rica en nutrientes, vitaminas, minerales y fibra, y baja en grasas saturadas y colesterol. Además, se ha demostrado que está asociada con una menor incidencia de enfermedades crónicas como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad y algunos tipos de cáncer. Por ello, es un complemento perfecto para la nutrición integral.

¿Qué es el método del plato, útil en la nutrición integral?

El método del plato es una técnica utilizada para controlar las porciones y mejorar la calidad de la dieta. Consiste en dividir el plato en tres secciones: una mitad para vegetales, una cuarta parte para proteínas y la otra cuarta parte para carbohidratos.

El objetivo del método del plato es equilibrar las porciones de alimentos en una comida para asegurar que se obtengan los nutrientes necesarios y se evite consumir demasiadas calorías. Además, el método del plato también puede ayudar a controlar el apetito y evitar el exceso de comida.

La sección de vegetales debe ser la más grande, ya que son ricos en vitaminas, minerales y fibra, y son bajos en calorías. La sección de proteínas incluye alimentos como carnes, pescados, huevos y legumbres, que son importantes para la construcción y reparación de tejidos y para el mantenimiento de la masa muscular. La sección de carbohidratos se compondrá alimentos como arroz, pasta, pan y cereales, que proporcionan energía al cuerpo. Mucho mejor si estos son integrales.

Es importante tener en cuenta que el método del plato no es una dieta específica, sino una guía general para ayudar a las personas a crear comidas equilibradas y saludables. De ahí que se utilice en la nutrición integral. Es importante adaptar el método del plato a las necesidades individuales de cada persona, incluyendo sus requerimientos calóricos y sus preferencias alimentarias.

Comparte esta información tan valiosa con tus contactos en las redes sociales para que todos descubran cómo terminar con sus problemas de peso y alimentación.

Si quieres saber cómo tener una alimentación equilibrada para poner en práctica la nutrición integral, no dudes en contactar con nosotros en nuestro Servicio de Nutrición Online gratuito. Nosotros ya tenemos nuestro menú semanal preparado y nuestro horario de ejercicio, porque Yo Elijo Cuidarme, ¿y tú?

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