Contaminación dentro de casa, ¡descubre cómo evitarla!

¿Cómo reducir la contaminación dentro de casa?

Aunque nos sentimos seguros en nuestro hogar, la contaminación dentro de casa es peligrosa y está presente donde menos lo podamos imaginar. ¡Descubre cómo reducirla con estos 9 consejos!

Vivimos rodeados de contaminantes dentro de casa. Son imperceptibles para el ojo humano, pero están ahí: los respiramos.

Muchas investigaciones ya relaciona la contaminación dentro de casa con el riesgo de padecer algunas enfermedades y, desde Yo Elijo Cuidarme, te contamos qué medidas tomar para reducir su presencia.

No dejan de machacarnos con los nefastos efectos de la polución. De hecho, la contaminación exterior ya es el segundo factor de envejecimiento más importante para la piel, por detrás de los rayos solares.

Es posible que hasta ahora solo hayas escuchado hablar de la contaminación en el exterior, pero la contaminación cruzada en casa es tanto o más peligrosa. Share on X

Y cada vez hay más cosméticos, preparados con tecnología y fórmulas, capaces de actuar como barrera y hacer frente a las diminutas partículas en suspensión y gases. Hay cientos de sustancias contaminantes, eso solo en el exterior y, para simplificar, la Agencia Medioambiental de Estados Unidos las clasifica en dos grandes grupos: partículas en suspensión y gases.

Al final, “las más conocidas y tóxicas son el ozono que se produce a nivel del suelo –no el de la estratosfera que es bueno y nos protege de los rayos solares-, y las partículas diesel que desprenden los tubos de escape de los coches”, resume Giuseppe Valacchi, experto en contaminación y profesor del Departamento de Ciencias y Biotecnología de la Universidad de Ferrara (Italia).

Estas partículas son hasta 20 veces más pequeñas que los poros humanos y “capaces de oxidar los lípidos y la película hidrolipídica que forma nuestra barrera cutánea protectora, degradar nuestra reserva natural de defensas antioxidantes –sobre todo de vitaminas C y E–, dañar el ADN celular y reducir el colágeno entre un 39 y un 60%”, según Valacchi.

Entre los efectos negativos de la polución en tu piel, al cabo de unos cinco años de exposición continuada sufres enfermedades y manchas en la piel, arrugas  inflamación, sensibilidad, flacidez, sequedad, rugosidad, tono grisáceo…

Además, desde hace aproximadamente quince años, hay estudios que relacionan directamente la contaminación con el desarrollo de enfermedades de la piel, como urticaria, eczema, dermatitis de contacto, prurito y erupciones, e infecciones cutáneas.

¿Qué es la contaminación química dentro de casa?

Por si no tuviéramos bastante con la contaminación exterior, ahora se sabe que también vivimos rodeados de contaminación del aire dentro de casa.

“En nuestras casas hay ftalatos, fenoles, perfluorados y otras sustancias sintéticas utilizadas para plastificar juguetes, muebles o utensilios de cocina”, advierte Miquel Porta Serra, doctor en medicina, máster en Salud Púbica y autor del libro ‘Vive más y mejor’ (Editorial Girjalbo).

Otros expertos hablan también de la presencia de compuesto orgánicos volátiles, como los formaldehídos, el benceno o el tolueno. Son imperceptibles para el ojo humano, pero están ahí: los respiramos.

¿En qué objetos de casa puede haber contaminantes?

En donde menos lo pienses puedes encontrar contaminación dentro de casa. No te asustes porque la lista es interminable: en algunos juguetes, productos de limpieza, ropa, muebles, ordenadores, alfombras, parquets, moquetas, pavimentos, paredes, polvo doméstico, materiales de construcción y decoración, aislantes, pinturas, recubrimientos, plásticos, pesticidas domésticos, ambientadores, productos de aseo e higiene íntima y personal, cosméticos, perfumes, alimentos, agua de grifo…

Sí, has leído bien, también en lo que comes y bebes. Precisamente, “las principales vías de entrada de contaminantes en el organismo humano son los alimentos y sus envases, el aire y el agua”, según Miquel Porta. Y la forma de medir la contaminación interna es a través de la sangre, el tejido graso y la orina, con mayor frecuencia, aunque también se puede medir en el aire exhalado y la saliva.

Ten en cuenta que, de media, los occidentales pasamos el 90 % de nuestro tiempo en espacios cerrados. Y eso sin contar con confinamientos forzados a cuenta de virus como el SARS- CoV-2, que suponen pasar el 100% de nuestro tiempo ‘encerrados’.

La pregunta es: ¿cómo nos contaminamos? “Nuestro cuerpo no es estanco, sino que se relaciona químicamente con el entorno, de modo que la química de lo que nos rodea puede acabar formando parte de la propia química de nuestro cuerpo”, asegura Carlos de Prada. De hecho, eso es exactamente lo que sucede.

“Los análisis realizados confirman que muchos de los contaminantes químicos que flotan en el interior de una casa acaban también dentro del cuerpo de los moradores de esa vivienda”, según Carlos de Prada, periodista ambiental, responsable de la campaña Hogar sin Tóxicos.

Consecuencias de la contaminación dentro de casa

Si has leído hasta aquí, lo más seguro es que estés horrorizado. ¡No nos extraña! Tu hogar está lleno de sustancias químicas que muchas investigaciones han relacionado ya con el riesgo de padecer cáncer (de mama, testículos, próstata, páncreas y leucemias), problemas reproductivos (infertilidad, subfertilidad y mala calidad del semen), alteraciones inmunológicas (alergias, asma y bajada de defensas), o trastornos metabólicos (obesidad, diabetes, malformaciones congénitas, también obesidad infantil y adelanto de la pubertad en las niñas o problemas cognitivos infantiles), entre otros.

Ahora bien, si la exposición a la contaminación dentro de casa es ocasional o breve, rara vez causa enfermedad. El problema viene cuando esta es cotidiana, frecuente, constante o prolongada, a medio y largo plazo, aunque sea en concentraciones bajas.

Si la exposición a la contaminación del aire en casa no es prolongada, no hay problema. El problema radica en que esta generalmente es frecuente y cotidiana. Share on X

“En la mayoría de la población general la exposición prolongada a dosis bajas es más perjudicial que la exposición breve a dosis altas”, según el doctor Porta.

“Hay que tener presente que muchos de los contaminantes a los que nos exponemos más frecuentemente, como los ftalatos, no son demasiado persistentes en principio, pero como están constantemente en nuestro entorno, por su presencia en infinidad de productos, la exposición a los mismos es virtualmente constante. Es decir, que sin ser persistentes es como si lo fuesen”, aclara el periodista ambiental.

¿Cómo reducir la contaminación dentro de casa?

¿Cómo evitar la contaminación dentro de casa?

Ante el peligro de la contaminación del medio ambiente dentro de casa, hay varias cosas sencillas que podemos hacer para paliar su impacto.

Come más sano

Hay que comer menos productos de origen animal, en especial los más grasos, como carnes, pescados, lácteos y huevos, ya que es probable que contengan dioxinas –habitualmente, a concentraciones bajas–.

“Sí, tristemente, es frecuente que las redes alimentarias animales y humanas estén contaminadas por dioxinas”, advierte Miquel Porta.

Por su parte, Carlos de Prada advierte que “muchos tóxicos se acumulan especialmente en las grasas. Además, la concentración de esta clase de contaminantes suele ser mayor a medida que se asciende por la cadena alimentaria, por lo que es menor en los vegetales”.

Una buena alimentación, baja en productos de origen animal y sin productos procesados, ayuda a reducir los efectos de la contaminación dentro de casa. Share on X

Comer sano también implica evitar los productos procesados y los enlatados, puesto que el recubrimiento interior de muchas latas contiene algunos bisfenoles.

Por el contrario, los expertos recomiendan una alimentación sostenible y consumo de alimentos frescos, de temporada y proximidad y a ser posible de certificación ecológica, los cuales ayudan a reducir la contaminación en casa.

“Es importante que sean ecológicos, ya que una de las principales fuentes de exposición a sustancias tóxicas que podemos tener es a residuos de pesticidas presentes en los vegetales no ecológicos”, asegura Carlos de Prada. Sin olvidar lavar muy bien la fruta y la verdura.

Comenzar descontaminando nuestro cuerpo es el primer paso, y eso se consigue con la alimentación. Recuerda que para resolver todas tus dudas y conseguir las pautas para una alimentación equilibrada, no dudes en pasar por nuestro Servicio Gratuito de Nutrición Online.

Evita recubrimientos antiadherentes

Las sartenes antiadherentes, algunos utensilios de cocina y pequeños electrodomésticos como las tostadoras, están revestidos con una sustancia química llamada politetrafluoroetilento (PTFE).

“Se ha descubierto que los recubrimientos con PTFE emiten seis sustancias químicas tóxicas diferentes cuando se calientan a tan solo 40ºC”, avisa el Dr. Porta.

En su lugar, los expertos recomiendan utilizar recipientes de hierro colado y fundición esmaltada –de marcas como Le Creuset o Stau, entre otras–, acero inoxidable, aluminio fundido anodizado, barro, o que tengan revestimiento cerámico.

Y olvídate de las fiambreras, tazas, platos y cubiertos de plástico. “Nunca hay que calentar los alimentos en envases de plástico o en latas porque los contaminantes presentes en el envase o la lata (caso del bisfenol A, por ejemplo), pueden migrar al alimento con el cambio de temperatura”, advierte Miquel Porta.

Es mejor conservar, congelar y calentar los alimentos en recipientes de vidrio y beber en tazas de cerámica o cristal.

Reduce los plásticos

Y no solo hablamos de los recipientes de cocina, también en los juguetes y en algunos suelos hay determinados plásticos que pueden liberar sustancias tóxicas, como ftalatos, retardantes de llama o bisfenol A.

“Un ejemplo de situación preocupante, por ejemplo, es la descrita por algunos estudios científicos sobre determinados suelos y recubrimientos plásticos de PVC en habitaciones infantiles que han sido asociados a notables incrementos de riesgo de padecer problemas como el asma en los niños”, asegura Carlos de Prada.

Estos plásticos están también presentes en muchos juguetes. Por lo tanto, es mejor que los suelos sean naturales, realizados en barro cocido, cerámica, piedra, linóleno, corcho o madera no tratada. Y emplear para su fijación cementos, adhesivos y selladores naturales. Y que los juguetes infantiles sean de madera, papel o metal.

Purifica el aire y el agua

Si quieres disfrutar de un aire más limpio y puro en casa, evita utilizar insecticidas comerciales para acabar con mosquitos, hormigas o cucarachas.

“Hay medidas preventivas que pueden disuadir a los insectos de entrar, como tapar los agujeros en los que se refugian, no dejar restos de comida que les atraigan, poner mosquiteras para evitar la entrada de moscas y mosquitos, decorar con plantas que los repelen…”, enumera el responsable de la campaña Hogar sin tóxicos.

También existen ‘insecticidas naturales’ de venta en tiendas de jardinería ecológica y siempre tienes la alternativa de fabricar tu propio insecticida natural. Algunos extractos de plantas, frutas y especias han demostrado ser eficaces.

Por ejemplo, la guindilla molida, la cáscara de pepino y las cáscaras de cítricos, la menta, la cayena, el limón, el sauco, el poleo, el eucalipto, el clavo, el laurel, la albahaca, el tomillo, el romero o los posos del café con aceite de enebro. Prueba a hacer saquitos de algodón y déjalos en distintas estancias de la casa.

Disfruta de un aire más limpio y puro en casa, ventilando la casa con frecuencia, eliminando el polvo doméstico y evitando utilizar insecticidas comerciales. Share on X

Otra medida para disfrutar de un aire más puro es ventilar la casa con frecuencia. “Muchas casas no se ventilan adecuadamente y ello ocasiona una concentración mayor de una serie de elementos en el aire interior.

También es importante eliminar el polvo doméstico (que puede tener presencia de una serie de sustancias) aspirándolo sin levantarlo y/o con un paño húmedo”, aconseja de Prada.

Además, si instalas un buen purificador de agua reducirás la presencia de algunos contaminantes (arsénico, nitratos, trihalometanos o residuos de pesticidas). Y siempre puedes optar por dejar correr el agua antes de servirte un vaso, para no ingerir los contaminantes que se acumulan en las cañerías.

Contaminación dentro de casa, ¡descubre cómo evitarla!

Sustituye alfombras y moquetas sintéticas

El relleno o revestimiento inferior de las alfombras y moquetas sintéticas puede contener PBDEs (éteres difenílicos polibromados) y otros tóxicos que provocan la contaminación del aire en casa. Por el contrario, las moquetas y alfombras de algodón o lana no suelen incorporar sustancias problemáticas. Además, crean mejores condiciones de carga electroestática e ionización que las sintéticas.

“En la fabricación de alfombras y moquetas o en su uso pueden haberse aportado una serie de compuestos. Además, una casa con mucha superficie enmoquetada puede convertirse en un reservorio de polvo”, advierte de Prada. Por lo tanto, si prescindes de ellas, tanto naturales como sintéticas, mejor.

Si no puedes, “un intenso lavado con jabón natural suave o con bicarbonato sódico y agua, puede reducir la presencia de algunos de estos compuestos”, recomiendan desde Hogar sin tóxicos.

Por otro lado, si tienes que pegar la moqueta, hazlo con adhesivos naturales a base de aceites vegetales al agua, lignina, resina, talco o bórax. Y utiliza una aspiradora con un filtro HEPA (high efficency particulate air) para disminuir la cantidad de polvo doméstico, que está cargado de tóxicos.

Reduce al mínimo los productos de limpieza

¿Te has preguntado cuántos productos utilizas de media para limpiar la casa? Uno para limpiar las ventanas, otro para los muebles, otro para los suelos de madera, otro para los suelos de gres, otro para los baños, uno más para las mamparas, otro más para fregar los platos… Un suma y sigue de tóxicos y fragancias sintéticas.

Para empezar, deberías comprar solo los productos de limpieza justos y necesarios. “Comprar los productos de limpieza realmente esenciales reducirá la complejidad del cóctel químico que puede crearse en casa”, aseguran desde Hogar sin tóxicos.

Los envases tienen que estar bien cerrados y en un lugar seguro de la casa en el que no causen emanaciones perjudiciales. Hay que limitar el uso de productos con fragancias sintéticas, enjuagar bien los trapos y las fregonas después de usarlos, y ventilar muy bien las estancias durante y después de limpiar.

Siempre se puede optar por comprar productos ecológicos para limpiar o volver a los remedios de nuestras abuelas: vinagre blanco o de manzana, el bicarbonato sódico, el limón, el aceite de oliva, el jabón lagarto…

Pásate a la cosmética natural

Muchos champús, geles de ducha, desodorantes, jabones, dentífricos, desmaquillantes, cremas faciales, leches corporales, contornos de ojos, mascarillas faciales y cremas de noche, protectores solares, tintes capilares, espumas de afeitar y productos de cuidado del cabello o las uñas pueden contener ftalatos, parabenos, triclosán, sulfitos, disruptores endocrinos, derivados petroquímicos o fragancias sintéticas, entre otros.

Los expertos recomiendan leer muy bien las etiquetas y si contienen estos ingredientes evitar su uso. “Si la etiqueta del producto no detalla la composición de forma comprensible, se puede pedir información al fabricante”, aconseja el doctor Porta. Y siempre está la opción de utilizar cosmética ecológica certificada.

Utiliza ambientadores naturales

Si utilizas ambientadores sintéticos, lo único que estarás contribuyendo es a sumar contaminación en casa. Mucha gente piensa que si la casa huele a alguna fragancia es que está limpia. ¡Error!

“Hay gente que confunde el olor a química con el olor a limpio. Cuando lo limpio no tiene porqué oler a nada en particular. También se debe entender que si algo huele desagradablemente lo mejor no es camuflar ese olor, sino eliminar su fuente”, consejo de Prada.

Para empezar, una buena ventilación natural debería acabar con cualquier mal olor. Pero si esto no es suficiente, hay cosas bastante inocuas que neutralizan los olores, como disponer bandejas por la casa con bicarbonato sódico o zeolita, ubicar recipientes con hierbas aromáticas secas y flores o zumo de limón, poner a hervir agua y canela u otras especias como el clavo o incluso el vinagre de manzana para eliminar malos olores.

Descansa sin interferencias

Más de cuatro millones de españoles sufren insomnio crónico, según la Sociedad Española de Neurología. Un dato que no debería extrañarnos teniendo en cuenta que nos pasamos el día sometidos a todo tipo de radiaciones: radiodespertadores, lámparas halógenas con transformador, teléfonos inalámbricos, routers Wifi… Todos ellos emisores de radiaciones de altas frecuencias que interfieren en la calidad de nuestro descanso y ser causa de insomnio.

De hecho, los expertos recomiendan evitar tener el móvil o ponerlo a cargar en la mesilla de noche, tener televisores en la habitación, radiodespertadores o teléfonos inalámbricos.

“La lavadora, el microondas, el horno, la caldera, las cocinas de inducción o la vitrocerámica tampoco deberían estar en la pared contigua a la cabecera de la cama. Aun estando apagados, emiten radiaciones que traspasan la pared”, aseguran desde Hogar sin tóxicos.

Por el contrario, habría que elegir tecnologías con cable, conectar el Bluetooth o el Wifi solo cuándo lo necesitemos, y si no nos queda más remedio que emplear aparatos inalámbricos, tenerlos lejos de los lugares de la casa en los que más tiempo pasemos. Por último, habría que evitar los colchones de muelles y los somieres con piezas ferromagnéticas.

¿Qué te ha parecido enterarte de cuánta contaminación cruzada en casa puede haber? No hay duda de que esta información debería tenerla a mano todo el mundo. ¿Nos ayudas compartiéndola en tus redes con tus amigos y familiares?

¡Nosotros ya hemos empezado a reducir la contaminación dentro de casa! Porque Yo Elijo Cuidarme, ¿y tú?

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